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General Domingo Antonio Sifontes  (1834 - 9 enero 1912)

Domingo Antonio Sifontes nació en 1834, en la población de Cantaura, estado Anzoátegui. Desde muy pequeño se trasladó a Tumeremo con sus padres donde se dedicó a las labores del campo. También, fue conocido como el llanero intelectual por su inclinación a la lectura y los estudios, según lo reseña el historiador y cronista del municipio Sifontes, Tomás Rafael Yépez, quien expresa: “El general Sifontes fue quien oficializó el nombre de la población de El Dorado, para este pueblo tiene un recuerdo muy importante y lo llevamos en el corazón como un hombre luchador, por su valor heroico en la lucha contra el invasor inglés”.

 

La historia del municipio Sifontes comienza en el año 1788, con la creación de Tumeremo. Muchos años después de su creación, el General Domingo Antonio Sifontes, lucha contra los realistas para liberar Tumeremo del reino de España, al ser liberada la ciudad de los realistas, los sobrevivientes españoles fueron encarcelados y condenados a muerte, (en honor a este general se bautizo el municipio, pero se le abrevia como Sifontes). Desde ahí, la ciudad fue una gran ubicación y cuartel para los soldados patriotas comandados por Simón Bolívar. Luego de crear Tumeremo, muchas poblaciones indígenas y de otros orígenes comenzaron a emergir en la zona. En 1894 un grupo de ingleses que venian de la Guayana Británica intento tomar parte del actual territorio municipal, ante lo cual el General Domingo Antonio Sifontes fundo el 2 de marzo del mismo año la población de El Dorado en la que estableció un puesto militar, para luego expulsar a los invasores del área, desde entonces Sifontes se convirtió en un héroe local. En 1993 en reconocimiento a la defensa de la soberania venezolana por parte del General Sifontes, todo el territorio es bautizado Distrito Sifontes, para luego convertirse en el actual Municipio Sifontes. 

 

Este ilustre militar nativo de la población de Cantaura, estado Anzoátegui, pero enraizado con esta tierra Guayanesa; hizo de Tumeremo su segunda tierra natal. El episodio epopéyico conocido en nuestra historia patria como el “Incidente del Cuyuní” se registró en enero de 1.895, y que obligó el arbitramento a que se negaban los ingleses, sin importar la traición de nuestros representantes norteamericanos en Paris en 1.899; tuvo como protagonista y emblema a uno de los masones mas valientes de nuestra historia regional, el Gral. Domingo Antonio Sifontes, que alternaba su vida cotidiana con la crianza de ganado y el comercio del balatá.Este insigne militar se inició en los augustos misterios de la francmasonería universal en la Respetable Logia Aurora del Yuruari en el año de 1.858. Esta Respetable logia estaba ubicada al Oriente de Guasipati. Allí comenzó a conocer la luz refulgente de la iniciación y, comenzar a entender los principios fundamentales de la orbe: libertad, igualdad y fraternidad.El Gral. Domingo Antonio Sifontes hizo uso debido, cuando las circunstancias se lo exigieron, y producto de sus conocimientos estratégicos trazó la pica fatal de entrada a la selva, y por donde se dio el lujo como distinguido estratega militar detener en 1.892 la invasión inglesa, la misma que deseaba pisotear y blasfemar el suelo de nuestros pueblos del sur, y se impuso su valentía de manera intensa porque guardaba en su pecho un hermoso ideal, el de la libertad y la justicia.Cabe destacar, que batalló de manera ardua por un noble anhelo que era para él como llama de incendio crepitando en su alma. Este majestuoso propósito y tan sublime determinación se manifestó en la inquebrantable resolución de impedir, a costa de su propia vida, la irrupción que pretendían los ingleses de extender los limites de lo que es hoy el municipio Piar.Este logro significativo producto de su valentía, y propio del consagrado masónico y en cumplimiento de ese deber ciudadano, no permitió que la soberanía patria fuese pisoteada por la “bota inglesa”.El “Incidente del Cuyuní” ocurrido en enero de 1.895 como lo reseñamos anteriormente, constituye un acto de justicia que el Gral. Domingo Antonio Sifontes reivindicó a la patria, como he sabido históricamente los ingleses ya se habían establecido en la margen izquierda del rio Cuyuní, donde actualmente está enclavado el Centro de Penitenciaría de Oriente, mejor conocida como Cárcel de El Dorado. Los restos del Gral. Sifontes reposan en el Cementerio Municipal de Tumeremo, anteriormente los mismos se encontraban ubicados en el cementerio del municipio El Callao; pero gracias a un grupo de masones de Tumeremo, entre ellos citamos a: Fernando García, Tomás Rafael Yépez, Rafael Velázquez, Julio Vhaliz, Luis Miguel Malavé, José Luis Rivas, Erasmo Albornoz, Amílcar Meléndez, y Leonardo Montoya. Estos masones desarrollaron un arduo y fructífero trabajo, logrando ubicar en el cementerio de El Callao la tumba donde reposaban los restos del Gral. Domingo Antonio Sifontes; igualmente se logró obtener en el registro civil del municipio El Callao copia certificada del Acta de defunción; asimismo se obtuvo en los archivos de la Respetable Logia Unión 49 de Guasipati, documentos fehacientes donde consta que el Gral. Sifontes fue iniciado en la Logia Aurora del Yuruari, en agosto del 1.858, conjuntamente con los Generales Amador Ortega, Anselmo Zapata y Celestino Peraza, este último autor del libro los Piratas de la Sabana. Finalmente, podemos decir que a 100 años de su muerte, aún no se le ha dado el valor histórico que representa este reconocido héroe local. Es necesario que la nueva generación conozca en profundidad toda la historia e importancia que representa el Gral. Domingo Antonio Sifontes.

 

 

 

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